"Homilía pedagógica" para Cristo Rey
JESÚS UN REY DIFERENTE
HOMILÍA PEDAGÓGICA PARA NIÑOS
EN LA SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO,
REY DEL UNIVERSO.
MATERIALES:
*Crucifijo grande.
*Corona, capa y cetro de juguete.
*Silla especial.
Comenzamos
la “homilía pedagógica”, pidiendo 5
niños voluntarios. Seguidamente buscamos la forma de
escoger uno o una, para que sea REY. Después de eso, hacemos la siguiente ronda
de preguntas:
*¿Qué
nombre le ponemos a este rey? (Poner nombre).
*¿Con
qué se viste a un rey?/ Capa. (Quien responde, pone la capa al rey).
*¿Con
qué elemento imparte ordenes el rey?/ Cetro. (Quien responde, le entrega el
cetro).
*¿Y
desde donde manda el rey?/ Trono. (Entre varios ponen la silla especial).
*¿Cuál
es el distintivo más importante del rey?/ La corona. (Proceden a coronarlo).
Después,
el sacerdote ubica a los niños frente al rey y pide que lo observen. Esta
invitación se hace extensiva a toda la asamblea. Luego, sugiere observar también
al crucificado para después preguntar:
¿Los
dos personajes, el rey “X” y Jesús, son reyes?...
Puede
haber respuestas de SÍ o de NO. Con lo cual, el que diga SÍ, puede decir por
qué. (Porque tienen corona o porque tienen algo para vestir). Como algunos
dirán NO, procedemos a explicar de la siguiente manera, por qué ambos son
reyes, pero diferentes:
*Jesús,
es un rey diferente, porque a diferencia de los demás reyes, éste es humilde.
Fijaos que no tiene capa. Lo cual, nos invita a ser generosos con los que no
tienen para cubrirse del frío. Procedemos a QUITARLE LA CAPA al rey.
*Jesús,
es un rey diferente, porque a diferencia de los demás reyes, su modo de
gobernar es a través de la ternura y el amor. Lo cual, nos invita a no ser
arrogantes y autoritarios. Procedemos a QUITARLE EL CETRO al rey.
*Jesús,
es un rey diferente, porque a diferencia de los demás reyes, buscó dar su vida
por todos en el doloroso “trono” de la cruz. Lo cual nos invita a salir de
nuestras comodidades para ser más solidarios. Procedemos a RETIRARLE EL
TRONO al rey.
*Finalmente,
Jesús es un rey diferente, porque a diferencia de los demás reyes, su dominio
es espiritual, afectivo y universal. Lo cual nos invita a dejar de lado la
corona del “Yo puedo más”, “Yo soy más chulo”, “Yo soy más guapo”, “Yo soy más
poderoso”… Procedemos a QUITARLE LA CORONA al rey.
Concluimos
diciendo, que nosotros seguimos a un rey eterno, noble, justo, verdadero, santo
y cercano a cada persona, cada historia y cada lugar. Seguimos a un Rey que dio
la vida por ti y por mí. Etc.
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